Angra do Heroismo, ciudad patrimonio de la humanidad fue objeto ayer de una visita por mi parte, la conozco porque vivo en la ciudad que está en la otra punta de la isla Terceira en Azores.

Es una ciudad muy bonita, dentro de su austeridad, sin ningún regalo a la vista. Su sobriedad le viene heredada de las ciudades europeas belgas, alemanas o holandesas, pero en su conjunto representa un perfecto ejemplo de arquitectura al servicio de la ciudadanía. Calles rectas y dirigidas al centro, al puerto de mar.

Pues ayer estuve de visita, en el museo de Angra do Heroismo ( MAH), había una exposición de uniformes militares británicos. En el museo hay una gran colección de carruajes de caballos y sobre todo una exposición permanente al tributo del hombre por hacer habitable estas islas. Tiene también una exposición en la que se muestran los héroes portugueses en la Segunda Guerra Mundial y parte de sus pertrechos, trajes, armas, y estadísticas.

Magnificas imágenes, magníficos tesoros, todo ello rodeado de una calma y una quietud impresionantes pues el museo esta situado en el monasterio o convento de San Francisco, ahora de obras, y como ocurre en estos casos, cuando se ponen a excavar no dejan de salir alguna que otra sorpresa,( es que han encontrado una serie de tumbas ). Bueno pues como os decía la calma y la quietud impresionan, cuando llegue a Angra do Heroismo serian las 12:30 horas de la mañana y lo único que se oía era el ruido de las banderas ondeando al viento.Ni un alma en las calles. La verdad es que los domingos en esta ciudad tienen fama de ser muy tranquilos.

Luego anduve por el Porto das Pipas, es el puerto comercial y pesquero , también ha sido remodelado y ha quedado muy majo, tomé café en una taberna típica de aquí, por cierto café expreso superfuerte y de un sabor y aroma intensísimo. Magnifico.

Si queréis alojaros, aqui tenéis muchos sitios, modernos y mas clásicos. Mi recomendación es el hotel Beira Mar, a 12 pasos de la playa, si, no os miento, 12 pasos, los conté ayer. También tiene un restaurante como los que me gusta a mi, muy clásico, los camareros muy atentos, con delantal blanco, cocina portuguesa y azoriana, pa chuparse los dedos. Este verano mi familia y yo disfrutaremos unas cuantas veces de este fenomenal restaurante.

Ya al atardecer volví a donde tengo mi residencia, en Praia da Vitoria, volví por la carretera que bordea la isla y el espectáculo es grandioso. Todo verde. El mar azul. Nombres como Porto Judeo, Fonte do Bastardo, Porto Martins, Cabo de Praia. Por cierto en Ribeirinha había una procesión que salía de la iglesia en el momento justo en que pasaba. El pueblo azoreño es muy religioso, que cuando aquí rugen las tempestades el único consuelo que nos queda es rezar y que no nos pase na, que en el mes de Febrero me pillo un vendaval de 130 km por hora, eso es increíble, no os podéis imaginar la fuerza de la Naturaleza aquí en Azores, como dijo un navegante, un reflejo en la inmensidad del mar.