Esta es, sin duda, la reconoceria en cualquier lugar. Se trata de la parte inferior de la pierna de mi hija Cristina. Este hermoso pie, que de buen seguro seria capaz de calzar el zapato de cristal del cuento de Cenicienta, o las botas de siete leguas del Gato con Botas, estuvo pisando territorio portugues este pasado verano. Me gusta su forma y su simpatia, porque no me negarán que es simpatico, tanto como ella.
A buen seguro que estos maravillosos pies te llevarán lejos, tan lejos como tu imaginación pueda, disfruta de ellos porque como dice el poema:
A buen seguro que estos maravillosos pies te llevarán lejos, tan lejos como tu imaginación pueda, disfruta de ellos porque como dice el poema:
Ya que no tengo alas,
me bastan
mis pies que danzan
y que no acaban
de recorrer el mundo.
Por praderas en flor
corrió mi pie ligero,
dejo su huella
en la humeda arena,
buscó perdidos senderos
holló las duras aceras
de las ciudades
y sube por escaleras
que no sabe
a donde llegan.
(Alaide Foppa)
me bastan
mis pies que danzan
y que no acaban
de recorrer el mundo.
Por praderas en flor
corrió mi pie ligero,
dejo su huella
en la humeda arena,
buscó perdidos senderos
holló las duras aceras
de las ciudades
y sube por escaleras
que no sabe
a donde llegan.
(Alaide Foppa)