Desde aquí arriba todo parece distinto, la percepción de la realidad está distorsionada por el paso de los años luz que nos separan. A pesar de eso, aprovechando algunos de los mejores secretos que aún nos guarda el Universo, a veces me acerco a ti , imperceptible, sin hacer ruido para poder observar esa cara de niña, dulce, tierna, inocente. La evolución ha marcado en mi, rasgos que ni aún en tus mejores sueños eres capaz de ver. Mi cuerpo ya no es cuerpo, soy un ser luminoso, plagado de atomos que juguetean y dispersan como si con ellos no fueran las leyes físicas. También tengo alma, pero el alma nunca hemos sabido donde la tenemos alojada, unos dicen que en el corazón, otros que en el cerebro, no sé, yo no tengo esos órganos y yo tengo alma, alma para comprender, alma para amar. Como te decía antes, desde aquí arriba, desde el mas grande Universo, puedo ver , aún en la distancia, cómo en el fondo de nosotros vibra la materia, cómo la vida se genera y se transforma, cómo la vida, a pesar de ser tan distintos, nos hace iguales a los ojos del Creador.