Este departamento de los hospitales son los que reciben a todas aquellas personas que tienen un problema de salud y que es necesario o urgente su estudio.
Concretamente quisiera hablaros de un hospital , el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
Aunque hay bastantes médicos en las distintas consultas, como somos tantos, nos toca esperar; normalmente de pie porque no hay sitio suficiente. El trato es amable y cordial y el tiempo de espera viene en consonancia con la hora y el día de la semana, hay determinadas horas y días en la que la afluencia de enfermos es mayor que a otras (fines de semana).
Para mi, solo presentan un pequeño fallo, no son las instalaciones, (creo que las estaban remodelando ahora ), no son los equipos de especialistas que se encargan de hacerte las radiografías. No, son el resto del personal, desde el ATS que te saca la sangre hasta el medico que no tiene la experiencia necesaria. Todos son universitarios. AHÍ ESTA EL FALLO. Las veces que he ido me he encontrado con auténticos pipiolos, recién titulados, sin experiencia alguna.
Cuantas veces nuestros familiares necesitan la opinión de un experto y estos médicos jovencitos, de lo único de lo que se preocupan es de hacerte la historia medica, de hacerte unos análisis y una radiografia. Jamás en las 15 o 20 veces que he tenido que acudir me/nos atendió una persona experimentada.
¿Donde están los profesionales que debían hacer las guardias?, ¿No serán que las cobran a un muy buen, (eso seguro), dinero y se las pagan por una miseria a estos juveniles?. El colmo de esta historia es que una vez me sacaron el libro gordo, el Vademécum, porque no sabían no se que. Y otra vez por poco dejan a la persona que venia conmigo totalmente sin sentido debido a la inyección de un calmante, que sería para dormir a un caballo. ¡Ah!, y nunca jamás había visto un surtidor de sangre de una vena y me toco verlo allí.
En fin, un desastre. Desde entonces vamos al Virgen del Rocío donde , a pesar de ser también bastante jóvenes, se tarda menos tiempo en ser atendidos.
Por cierto, no creáis que es que me gusta ir a las Urgencias hospitalarias, es que fueron incapaces de decirnos que demonios nos pasaba. Eran incapaces de decir que enfermedad nos atacaba. Hemos tardado 4 años en saberlo. Bendita sanidad publica.